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veganoenchile 17-07-2024

Dinamarca introducirá impuesto al CO2 de la carne y lácteos

En Dinamarca las empresas de cría de ganado comenzarán a pagar un tributo adicional debido a la cantidad de gases contaminante que genera la actividad ganadera.

La actividad humana es “inequívocamente” responsable del cambio climático y a la humanidad solo le quedan unos pocos años para evitar que el planeta se caliente entre 1,5 y 2°C más allá de los niveles postindustriales. Hay una fuerte relación entre la emisión de gases con efecto invernadero, es decir aquellos que son responsables del calentamiento global y el consumo de gran cantidad de productos de origen animal en la dieta, que además de la liberación de estos gases repercute en un uso de indiscriminado de tierra, agua y pérdida de biodiversidad relacionada a la actividad agrícola extensiva destina a producir animales para el consumo.


Aspectos de la industria agrícola ganadera que contribuyen a la crisis climática son:


Desperdicio de nutrientes: solo un pequeño porcentaje de los nutrientes que contienen los vegetales consumidos por los animales se traspasa a la carne que se comercializa, muchos de esos vegetales podrían servir para alimentar directamente a personas que sufren de hambre (cientos de millones alrededor del mundo), por mencionar una consecuencia altruista de este ámbito como motor de motivación.


Contaminación por pesticidas, desechos y antibióticos: la cría de animales de forma industrial genera gran cantidad de desperdicios que contaminan el agua, la tierra y el aire.


Tala de bosques: los ganaderos necesitan espacio para sembrar el alimento de sus animales, los bosques por ejemplo del Amazonas se han transformado en los lugares predilectos en ser transformados para estos fines, los cuales por supuesto deben ser talados para poder ser utilizados.



A diferencia de otros países occidentales que subsidian la producción de carne y leche, Dinamarca comenzará a cobrar progresivamente impuestos a la industria ganadera debido a la cantidad de emisiones de gases con efecto invernadero que generan, es decir, aquellos gases que captan el calor del sol y lo fijan en la atmósfera. Específicamente el metano es un gas que se produce durante el proceso de digestión del ganado y tiene un potencial 28 veces más contaminante que el dióxido de carbono o co2 y según datos de Naciones Unidas para el Medio Ambiente la ganadería es responsable del 32% de las emisiones totales de este gas en todo el planeta. Cuando se debate en torno al beneficio de disminuir el consumo de productos de origen animal para reducir la cantidad de emisiones de metano, muchas veces los detractores consideran de forma aislada que dejar de consumir estos productos supondría un aumento en la producción de otros que los reemplacen a través de modelos predictivos, es decir que se basan en un futuro hipotético, sin considerar que para alimentar al ganado se debe producir mayor cantidad de vegetales, además la investigación científica muestra que limitar las emisiones de metano por parte del ganado en sistemas de producción tropical, provee múltiples beneficios tanto para la economía como para el medio ambiente.



Independientemente de la diversidad de focos de contaminación existentes como el transporte o la industria de la moda, se estima que la producción de carne y lácteos representa más del 80% de todas las emisiones de gases con efecto invernadero del sector alimentario y el 24% de las emisiones globales de gases con efecto invernadero, este porcentaje puede variar dependiendo de lo que se incluya en los cálculos, por ejemplo algunas mediciones no consideran el co2 que exhalan las vacas, la liberación de gases debido a deforestación o el co2 que dejan de absorber los bosques. Estos gases son relevantes al momento de abordar la crisis climática porque capturan el calor del sol y lo fijan en la Tierra. Junto con lo anterior, el creciente aumento en la demanda de productos de origen animal ha llevado a producir mayor cantidad de vegetales para alimentar al ganado, llegando la ganadería a ocupar más del 70% de la superficie agrícola del planeta Lamentablemente no existe una única solución o súper héroe para acabar con esta problemática, sólo podemos aportar en los diferentes aspectos que contribuyen a combatir el desastre climático que hemos causado.


Si todo el mundo consumiera la misma cantidad de carne que actualmente se consume en occidente, para 2050 se necesitarán 3 planetas Tierra para poder mantener el nivel de consumo de hoy en día; todo esto produce un daño que pocas personas dimensionan en el suelo del cual comemos, en el agua que bebemos y también en el aire que respiramos. Por tanto, es imprescindible cambiar el sistema alimentario. Según Joseph Poore, investigador de la Universidad de Oxford en la revista Mercy for the animals latinoamérica, si la población del mundo se alimenta de forma vegetal se devolvería a la naturaleza un 75% de las tierras destinadas para cultivo, un territorio tan grande que supera la superficie de los países más grandes del mundo.

Ejemplos de hábitos más sustentables o acciones menos conocidas que se pueden realizar son, usar el poder regenerativo del suelo, proteger la biodiversidad que nos rodea, promover la conservación de humedales, usar medios de transporte con menos emisiones, reducir el consumo de productos de origen animal, reducir el uso de moda desechable y compostar la materia orgánica, entre otros. Específicamente se ha demostrado que un cambio hacia estilos de alimentación mayoritariamente veganos o vegetarianos es una de las medidas más efectivas para enfrentar la amenaza climática, específicamente el proyecto Drawdown clasifica esta acción como una de las 4 estrategias más eficientes para mitigar el calentamiento global. Los productos de origen vegetal de mayor impacto como puede ser una salchicha que viene del otro lado del mundo normalmente no supera el impacto de los productos de origen animal menos contaminantes. El tan famoso cambio climático, puede que no todos lo sepan definir con exactitud o cuáles son los aspectos que interfieren en esta materia, pero todos hemos escuchado al menos de calentamiento global. El tener información acerca del problema nos puede ayudar a ir tomando decisiones que contribuyan a la solución, pero si no creemos o si elegimos no creer en la amenaza que representa la crisis climática para todos nosotros y para el futuro del planeta tal cual lo conocemos, poco y nada sirve tener acceso a los datos. La única forma de contribuir a una solución que frene el avance del calentamiento global es tomando acción en nuestro día a día. Esperemos otros países se sumen a la medida de cobrar impuesto por la actividad ganadera extensiva altamente contaminante.

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